Ensayo
nOta: Esta largo como la cuaresma, así que acomodenlas. Por cierto, lo que esta en letra negrita es la parte larga y aburrida, por si quieren saltarsela. Iba a omitirla pero preferí ponerla y advertir. Este es un trabajo opcional que nos encargo el profe, por si queríamos tener puntos extra para el exámen. Imaginense como estuvo de cabron para que un huevon como yo lo haya hecho.
Pero bueno, hasta aquí el aviso. Nos leemos al rato.
XXXXX UNIVERSITARIO DE XXXXX
XXXXX Y XXXXX
Profesor: xxxxxxxxxxx
Ensayo sobre las motivaciones Humanas.
Alumno: xxxxxxxxxxxx
24 de abril de 2007
¿Qué motiva a la conducta humana? ¿Habrá sólo uno o serán varios los factores lo que influyen la conducta humana? Son preguntas difíciles de responder. A lo largo de la historia, el ser humano ha estudiado cuanto le rodea, logrando reunir una gran cantidad de conocimientos. Sin embargo, algunos coinciden, en que entre más conocimiento tenemos del universo en el que vivimos, nos vamos dando cuenta cuán ignorantes somos respecto a éste.
Hay un sinfín de temas a los que el ser humano ha tratado de dar una solución satisfactoria, siempre encontrando obstáculos por cada paso que da hacia delante. Pareciera que nunca se podrá realmente a conocerlo todo acerca de todo. Aún así, las áreas que estudia el ser humano se siguen diversificando y el ser humano trata de seguirlas. Pero hay una que en esta ocasión trataremos. El ser humano mismo.
Puede resultar irónico e inverosímil, pero estudiarse a sí mismo, a resultado un gran reto para el hombre. ¿Qué razones justifican nuestras acciones? Si lo meditamos un poco, parece un pregunta sencilla de responder al enfocarnos es una situación concreta. Sin embargo, la cuestión se vuelve interesante al pensar un poco más y visualizando todas nuestras acciones como un todo. ¿Qué razón tenemos para comer? ¿Qué razón tenemos para reproducirnos? O simplemente ¿Qué razón tenemos para divertirnos? La respuesta a la primera pregunta tal vez podría ser simplemente “una necesidad fisiológica”, para la segunda podríamos decir que es por la conservación de la especie. ¿Y para la tercera cuestión? Podríamos alegar que para hacernos sentir bien, para olvidarnos un poco de la rutina caótica en la que están sumergidas nuestras vidas hoy en día, o podríamos alegar otras tantas cosas más, pero al dar cualquiera de éstas respuestas, estamos alegando más elementos que por sí solos no se justifican. Entonces, nos damos cuenta que una pregunta sencilla no puede ser respondida de igual manera. Igual sucede con las otras dos preguntas.
En la década de los cincuenta y partir de ahí en adelante, algunos investigadores intentaron encontrar un factor fundamental que fuera el sustento de todas las demás motivaciones de la conducta humana. La ansiedad. A partir de esta condición, se realizaron numerosos experimentos para demostrar si la ansiedad era la base de la conducta humana, si había otra condición, o por el contrario, serían varios los factores fundamentales e independientes los que determinaban el actuar de los humanos.
Como resultado, se emprendió una ardua labor para tratar de encontrar si esta afirmación (la ansiedad como factor fundamental de las motivaciones humanas), era correcta.
Uno de los analisis trataba de ver como influía la ansiedad en el deseo de dinero. Éste fue totalmente especulativo e hipotético. Sin embargo, interesante. Nos dice como la ansiedad sirve de impulso a la hora de buscar dinero. La ansiedad desaparece cuando se logra el objetivo y esta conducta podía ser aprendida por un niño pequeño ante la conducta de los padres ante la ausencia de dinero. Esta conducta aprendida podía dar como resultado ulteriormente un adulto con gran éxito económico. Pero según este investigador, la necesidad de dinero no era la razón primaria de la motivación humana, si no una derivación de la ansiedad.
Después de esto se realizaron experimentos examinándolos en base a esta interpretación, dando pie a una investigación con un alcance sorprendente, aunque no decisivo.
El texto que sirve de base para este ensayo es puramente científico y muy complejo, utilizando tecnicismos o conceptos ya antes definidos y por esta razón es difícil saber exactamente a qué exactamente se referían los autores. Pero trataré de dar una visión amplia, sencilla y concreta de los mostraron las investigaciones de que nos hablan.
Uno de los experimentos trataba la cuestión de la privación social, haciendo un análisis de los resultados en base a la ansiedad. Justo como lo expuse anteriormente.
A un grupo de niños se les hicieron una serie de pruebas, con lo que se trató de ver qué papel tenía la ansiedad en base a las diferentes situaciones de la prueba. Se trató demostrar si la privación social, representada con el aislamiento de un grupo de niños, influía en los resultados de las pruebas aplicadas, así como a otro grupo de niños de les daba la oportunidad de convivir antes de iniciar la prueba. El resultado fue que el grupo que había sido aislado, mostraba una necesidad de contacto social, y así, los resultados de las pruebas eran favorables, mientras que los que no habían sido privados de contacto social, se mostraban saciados y por lo tanto no mostraban tanto interés en las pruebas, dando resultados no satisfactorios.
Tal vez lo que provocó esta conducta fue una razón fundamental, pero el experimento fue posteriormente objetado por no demostrar que esa razón fundamental fuera la ansiedad. Además de que el mismo experimento se prestaba para que sólo hubiera una sola razón fundamental y no había motivo para creer que fueran varias las razones fundamentales y dependientes.
Otro experimento trató de encontrar que influencia tenía la ansiedad en la afiliación social. En este experimento los sujetos de prueba eran estudiantes de universidad en los que se infundiría un estado que los llevaría a elegir entre dos opciones mientras esperaban para ser parte del experimento: Esperar solos o esperar en compañía de otros sujetos que se someterían al experimento.
Hay otra cosa interesante en este experimento. Por primera vez se realizaron pruebas para comprobar el grado de ansiedad de los sujetos de prueba mientras esperaban para participar en el experimento. Esto permitiría saber como influía la ansiedad en la afiliación social. Los sujetos que mostraron ansiedad elevada prefirieron esperar en compañía de otros sujetos y los que mostraban ansiedad baja no eran tan propensos a afiliarse. Los niveles de ansiedad en estos experimentos eran regulados por los experimentadores según el grupo que se tratara. Y curiosamente, también se les dio la opción de esperar en compañía de un profesor o un consejero. Sin embargo, los sujetos demostraron preferir la compañía de otros sujetos que participarían en la prueba y no de personas que no serían sometidas a ellas. Dice el texto: “tristeza ama a la compañía triste”, esto significa que en un estado de ansiedad, específicamente elevada, se desea la compañía, pero no cualquier compañía, si no aquella que se encuentra en una situación similar, y de no ser posible, los sujetos preferían la soledad.
Es como cuando tenemos un problema amoroso. Nos sentimos mal, en un estado nada agradable. Debido a las diferencias individuales, no se suele buscar lo mismo, pero en un caso de desdicha emocional, un joven prefiere la compañía y el apoyo de sus amigos que de sus maestros, un consejero o hasta de sus propios padres.
Entonces, podemos ver que en estados poco favorecedores, los sujetos están dispuestos a afiliarse con la condición de que se pueda afiliar con sujetos que se encuentren en una situación similar.
Este tipo de experimentos continuó, aumentando el número de variables en cada una de las situaciones experimentales y aumentando la clasificación de los grupos.
Hubo algo que se le reprimo a estos experimentos, y fue el hecho de que tal vez el estado que los sujetos experimentaban no era ansiedad. Se dudó de que lograran inducir el estado de ansiedad a los sujetos de prueba. Por ejemplo, en uno de los experimentos en el que el estado del sujeto lo llevaba a afiliarse, se alegó que tal vez no era ansiedad, si no “miedo”. En otros experimentos, en los que el estado del sujeto lo orillaba a rechazar la afiliación, se alegó que el estado en que el sujeto se encontraba tal vez era de “vergüenza” o “incomodidad”.
En cualquier caso, se demostró que la afiliación podía ofrecer una sensación de alivio, y en otras la soledad podía proporcionarla más satisfactoriamente. Aclarando que el estado del sujeto que le resultaba desagradable, podía ser ansiedad o algún otro estado, y dejando abierta la cuestión de que so era uno o varios los factores fundamentales.
Estos experimentos llevaron a otros a intentar crear un tipo de test o prueba que midiera adecuadamente los niveles de ansiedad en las personas. Además de que se dieron diversos argumentos o teorías que justificaran la elaboración de estos trabajos. Obviamente, en estas teorías se incluía la justificación de encontrar como era que la ansiedad influía en las motivaciones humanas.
Los resultados demostraron que aunque los cuestionarios realizados para medir los niveles de ansiedad, bien podría tratarse de diferentes tipos de ansiedad, como ansiedad crónica o una ansiedad generada por la situación.
Como conclusión puedo decir lo que ya expuse al principio: Son varios los que afirman, y me incluyo entre ellos, que entre más conocimientos adquirimos, más nos damos cuenta de que somos más ignorantes de lo que pensábamos.
Las investigaciones aún continúan. Y en los dominios de la ciencia, siempre ha resultado un problema dar un significado fijo que nos permita definir algún aspecto de la condición humana. ¿Pero a qué se debe este problema? La respuesta a esta interrogante la podemos ver en la vida cotidiana, en cualquier dirección en que dirijamos la atención. Cada ser del género humano tiene una personalidad propia, no fija, que depende de múltiples factores, y estos factores se presentan desde el nacimiento, y según investigaciones recientes, antes desde éste. Tal vez estos factores se presente desde el momento mismo de la concepción, y presentándose en cada etapa de la gestación. El ser humano, siendo aún un ser joven, un niño, diariamente se ve bombardeado por elementos que de alguna manera influyen en él. Un niño de primaria en una situación incomoda con el bravucón de su grupo, puede resultarle en una experiencia, una experiencia que a ojos del niño pude ser perturbadora, y a ojos del observador, puede ser catastrófica o sumamente valiosa. Las decisiones y, por consiguiente, las acciones que el niño en problemas tome, desembocarán en una experiencia que probablemente no olvidará jamás en su vida. Y aún más, esa experiencia dará forma a una pequeña parte de su personalidad que muy seguramente será manifiesta en su vida adolescente y adulta.
Podemos plantear infinidad de situaciones, todas absolutamente probables, a lo largo de la vida de ese niño. Cada una de ellas, dependiendo del impacto que tengan en esa persona, modificará, transformarán y/o cambiaran por completo un aspecto de su personalidad y visión por la vida. Por pequeña que parezca la experiencia a la que se enfrente dicha persona, si es capaz de crear un recuerdo en ella y tiene el poder suficiente para hacerla reflexionar por un instante, ahí mismo ese sujeto que ha ido creciendo, experimentará un cambio en su persona, mismo que influenciará sus actitudes, conductas y motivaciones en adelante, hasta el momento de su muerte o hasta que se presente otro suceso que sea capaz eso que la anterior vivencia modificó. Y la vida continúa.
Creo que siempre hemos escuchado que ni siquiera nosotros mismos seremos de conocernos totalmente antes de que nos llegue el momento de morir. Entonces, nos podemos preguntar: ¿Habrá realmente un aspecto fundamental, que sirva de base para todas las motivaciones humanas? Por que la experiencia no llega por si sola y nos proporciona la herramienta que nos sirva para tomar la decisión de consideremos más correcta. Antes de que tengamos la menor pizca de experiencia, probablemente hay uno factor que nos ayude a actuar de tal o cual manera, ¿O podrán ser varios? Pueder ser que sí, o tal vez puede que conforme aumente nuestra experiencia, esos factores primordiales vayan en aumento. Pero la cuestión es: ¿Será posible que algún día llegaremos a tener una idea, por más pequeña y vaga que sea, que nos permita comprendernos un poco, que nos permita explicarnos por que razón actuamos de esta manera? Bueno, es una pregunta difícil de responder, pero tal vez, algún día, podamos vislumbrar un atisbo de luz que nos muestre la razón de las motivaciones humanas.