Fuera del tiempo, en la eternidad
La luna estaba en su cenit. Eso era malo para Duck Hazard, pues significaba que en media hora cerrarían el bar y la Dra. Ellis le pediría que la llevara a su casa.
- ¿Que significa eso? –dijo Duck, con la auténtica curiosidad de un párvulo-. Hasta yo sé que, por ejemplo, yo podría perder mi trabajo en menos de… -consulto su temporizador de muñeca-, nueve horas, y Él lo sabría de antemano, o podría abrirse el suelo en este mismo momento y nacer un volcán a mitad de la sexta, o mil cosas mas y Él ya lo sabría, todo.
- No estoy tan segura que las cosas funcionen como crees –replico Helen-. Siendo como se piensa que es, no creo que, aunque tal vez podría, controle todo a cada momento. Debió pensarlo desde un principio (si es que hubo uno) y por eso creó la leyes que conocemos, para que la creación se rigiera a sí misma y el solo se dedicaría a observar. No me preguntes con que propósito.
- Pero en la Biblia se habla del Apocalipsis, ¿Cómo podría saber eso si dices que también esta sujeto al tiempo?
- Tú puedes tener una colonia de hormigas, de alguna manera, hacerles entender que tú eres su amo todo poderoso y que en un futuro lejano, tal vez para ti dos meses, el universo llegaría a su fin con una enorme marea que arrasaría con todo. Llegado el momento tú podrías inundar el lugar donde las tienes cautivas. Del mismo modo, tal vez Dios no puede saber que es lo que hagas cada mañana al levantarte, pues te otorgó el libre albedrío Lo que si podría saber es cuando terminará nuestro mundo y de que modo, pues dado que el lo creo, de igual manera tiene el poder de destruirlo.
- Creí que eras atea.
- Jamás mencioné que lo fuera.
- Pero no crees en nada.
- Deje los cuentos fantásticos en mi infancia. Mira si en realidad existe algo como lo plantean algunos teólogos, fanáticos religiosos y otras personas lindas, estamos tan alejados de poder conocer su naturaleza, propósitos y otras tantas verdades que la mera idea de ponerse a cavilar sobre ello resulta casi absurda. No, no me digas que por si acaso hay que portarse bien, por que de principio, podríamos perdernos de muchas cosas muy divertidas.
- Esta bien, tu ganas, pero nuestra diversión esta a punto de acabar. Dijiste que podías hacerme viajar en el tiempo, pero aun sigo aquí.
- Dije que podía y lo sostengo. Vayamos a mi casa.
- Esta bien, pero de camino me explicas como es que puedes hacerme viajar en el tiempo y Dios no puede.
- Es simple, y no dije que Dios no pudiera. Si el viaje temporal es posible, se debe a que hay una ley que lo permite, solo que un no se cual es.
- Pero puedes hacerlo.
- Sí, puedo, aunque no sepa como. El otro día bloquee el canal de telenovelas mexicanas en mi televisión de la sala y no supe como. Pero eso no es lo importante, lo que importa es que pude hacerlo.
Duck y Helen tenían cinco años de conocerse. Ambos eran profesores en la Universidad de Mellhose. Duck era catedrático en las clases de Antropología e Historia Natural de la Facultad 09 Dewey y la Dra. Ellis era directora del equipo de investigación del departamento de Física Temporal, además de ser rectora de una de las siete facultades que conformaban la universidad.
Ambos eran jóvenes, con un futuro bastante prometedor, jamás habían estado casados o en alguna relación seria y, además, la producción de hormonas esa noche sobrepasaba los límites de seguridad. El desenlace previsible era inevitable.
- Pasa, no te fijes en el desorden. Aprovechare mañana que es día festivo y nadie, contándome, tendrá que ir a la universidad para poner todo esto en orden.
- No importa, mi departamento esta igual, solo que con un sofá y dos o tres sillas menos. Así suelen ser los hogares de las personas inteligentes y laboriosas como nosotros. Y que conste que no me estoy justificando.
- Jajaja, no deseo entrar en polémica contigo sobre eso.
Ambos rieron como si acabaran de escuchar el mejor chiste del mundo, y era normal. Cuando se está en presencia de alguien que nos atrae, se sabe que no somos menospreciados y además, ninguno tiene nada que ocultar, una tímida risita puede transformarse en una estentórea y casi epiléptica carcajada, motivada por la felicidad que produce tal cercanía. Una situación similar a la de una multitud dominada por el pánico, o la frenética inquietud de una jauría de perros ante los pantaloncillos cortos del matinal cartero.
El lugar en donde vivía Helen, era una de esas rarísimas construcciones de antaño, pues en la actualidad era raro encontrar a alguien que no viviera en algún departamento de los edificios vecindales. Traía a la memoria, aquellas viejas películas donde una familia se reunía a cenar en un amplio comedor, y que estaba conectado a la cocina por medio de una puerta que se abría en ambos sentidos y ésta tenía una ventanita circular que se elevaba a poco más de metro y medio del suelo. Lo cual era peligroso, pues siempre existía la posibilidad de que alguien viniera del otro lado y, si no se era el más fuerte de ambos, no había otra opción mas que caer sin más ceremonias sobre tu trasero. Había otra puerta que llevaba a un largo pasillo y al final daba al patio trasero donde algún perro pequeño como un salchicha o un cocker spaniel podría vivir felizmente a sus anchas. A lo largo del pasillo había dos puertas, una a cada lado. La del lado derecho y que estaba casi junto a la puerta del patio, era la entrada a la recámara personal de la Dra. Ellis, la cual, era como la que se podría esperar de cualquier otra chica soltera e independiente, con la entrada a un pequeño baño en el lado opuesto de la recámara, y que presumiblemente, compartía una pared con la cocina.
La puerta del lado izquierdo del pasillo se encontraba casi al inicio de éste. Y aprovechando que estamos en el pasillo, cabe resaltar que había una heterogénea colección de imágenes: un retrato familiar de su juventud, un póster de la gira de aquel grupo de rock, Gun’s n’ Roses, del ’92 en el viejo Tokio, un mapa galáctico de las estrellas que se ven a simple vista (unas 9000 normalmente), y un retrato de Goethe entre otras curiosidades.
El lugar al que correspondía la puerta de la izquierda era seguramente el más importante de la casa de Helen. De entrada. No se podía ignorar la amplia pared del fondo. Constituía una pequeña colección de libros personal, pero cada uno de ellos tenia su razón de por que estar ahí. Si se les revisara, podría verificar que no había uno solo que discordara con los demás y con todas las otras cosas que se encontraban en ese lugar. Y la forma en que estaban acomodados casi producía vértigo. Sería difícil creer que estuvieran ordenados de alguna manera, pero lo estaban. Junto a la pared inmediata de la izquierda (el muro que pertenecía al comedor) estaban un par de vitrinas, cuyo contenido le resultó extraño a Duck, pero no le dio importancia. A lo largo de la pared de la derecha (la del corredor) se extendía una mesa alta con un montón de herramientas pequeñas como las de un informático, mas libros y un sin fin de folios apilados en tres columnas. Ya de cerca se podía constatar que esta habitación no recibía el servicio de limpieza muy seguido, y los folios mencionados no estaban tan empolvados como los libros, lo que sugería que constantemente eran utilizados y revisados. Además de que esa mesa tenia apartados debajo para resguardar otras cosas. Todo estaba ocupado.
- ¿Que demonios es lo que haces aquí Helen?
- Grabando mí nombre en los registros históricos. Buscando el Novel.
- Aquí me haras viajar en el tiempo?
- Ya lo hice, ¿no te diste cuenta?, no me has estado escuchando.
- Hoy has hablado más que nunca. Cuando lo hiciste?
- De camino para acá, en mi auto, ¿Cuánto tardamos desde el bar hasta mi casa?
- Unos veinte minutos.
- Pues ahí lo tienes, viaje en el tiempo.
- Eres una embustera.
- Pues tú debes ser un tonto. ¿Alguna vez has recorrido una distancia en tan solo un instante imperceptible?
- Por supuesto que no, nadie puede hacer eso.
- Correcto, siempre nos estamos desplazando a través del tiempo y del espacio. Nada fuera de lo común. Lo que en realidad sorprendería es que alguien pudiera viajar a través del espacio, pero fuera del tiempo.
- Suena intrigante, y muy poco probable.
- Lo es.
- Entonces he viajado en el tiempo, toda mi vida, ¿con que si, eh?
- La concepción de “viaje en el tiempo”, no esta mal, lo que esta mal es lo que la mayoría quiere entender con esas palabras. Tal vez lo correcto sería decir “traslación temporal”.
- Y eso es lo que no puedes hacer, ¿es lo que buscas, tu pase a la inmortalidad?
- Es lo que recientemente he encontrado.
- No quieras tomarme el pelo.
- Es en serio. Hice un experimento, trabaje con vestigios de isótopos radiactivos artificiales. Si se toma materia y se le aplica traslación temporal, es decir, se le envía hacia atrás en el tiempo, se esta creando materia en el punto del tiempo en donde se le envía. Se debe desintegrar totalmente la materia para suministrar la energía requerida.
- Ya, desintegras un gramo de cualquier cosa y utilizas la energía liberada para crearlo en el pasado.
- En realidad, es más complicado que eso. Seria genial utilizar la energía de desaparición, pero trabajaría en círculos eso no seria traslación temporal, sería… no estoy segura, pero la entropía no lo permite. Es necesario transformar la energía de desaparición en inercia temporal, y resulta que la energía en ergios necesaria para enviar una masa en gramos equivale a esa masa al cuadrado de la velocidad de la luz en centímetros por segundo, es la ecuación de equivalencia masa-energía de Einstein. Puedo mostrarte las ecuaciones de puente Plank a través del cual se hace la traslación.
- ¿Puente? ¿No utilizas una maquina del tiempo?
- Si, es la que vez aquí, pero no se viaja con ella, es la que permite todo el proceso y crea el puente al punto en el tiempo y espacio deseados.
- ¿Eso significa que puedes enviar cualquier cosa hacia atrás o hacia delante en el tiempo?
- En teoría. Esta diseñada para manejar la masa equivalente a un hombre promedio, como tu. Cuando hice mi experimento, sólo mande una partícula cinco minutos atrás. Todo el proceso estaba automatizado. En el momento indicado, de pronto conté dos partículas exactamente iguales en mi detector de masa por un período de cinco minutos, y al terminar estos cinco minutos una de ellas desapareció y conté de nuevo una solamente. Era la que había aparecido cinco minutos atrás, no la que se había mantenido hasta ese momento. Pero utilice una enorme cantidad de energía la cual obtuve gracias a que, por medio de la universidad, tengo una línea directa que viene de la planta energética. Si quisiera utilizar la maquina a su máximo, la energía requerida sería, bueno, de varios kilos de plutonio en fisión.
- Pero lo has logrado, no se cual es el problema. Publícalo y serás famosa en un santiamén.
- Aun existen detalles. Detecté que parte de la radiactividad se propaga paralelamente por el tiempo, como si el material hubiera estado reaccionando durante el retroceso en el tiempo según una cantidad constante. Es decir…
- Que el viaje a través del tiempo lleva tiempo, ¿de cuánto estamos hablando?
- La cifra aun no es exacta, cerca de un día por cada cien años.
- ¿Significa que si quisiera viajar para ver el inicio de la guerra de independencia, tendría que esperar unas 48 horas?
- Algo así, y no se que ocurra en ese lapso de tiempo con la materia enviada.
- Pues averigüémoslo, seré tu “temponauta”.
- Estas loco, y aunque quisiera hacerlo, no es posible reunir tal cantidad de energía.
- Entonces simulemos que la tienes, y realiza el experimento en tu computadora, así yo podré ponerme estos guantes y este simpático sombrero de minero.
- Ten cuidado con eso, era de mi bisabuelo materno, jamás te perdonaría si le hicieras un rasguño.
- ¿Bromeas? Pesa como si estuviera hecho de plomo. Siéntate a trabajar en tu silla y realiza los cálculos de mi materia antes de que mi cuello se tuerza bajo el peso de esta cosa. Yo estaré justo aquí, muy quieto
- Tendrás que quitártelo. Es más materia de la que puedo manejar.
- Que lastima, tengo que usar algo para proteger mi valioso cargamento encefálico.
- Jaja, para el valor que tiene, bastará con este barco de papel.
- Peor es nada, ¿y los guantes? ¿aun es demasiado para ti?
- Son de polímero, pero como será solo una prueba los tomare igual que a ti, como un montón de masa nada más.
- Basta de halagos, manos a la obra.
- Será como si te mandara cinco minutos al futuro.
- Entonces seré cinco minutos mas joven, o como si todos fueran cinco minutos más viejos, incluida tú.
Helen le lanzó una pelota de esponja que regularmente era manipulada por sus delicados dedos. Le disipaba el estrés y le motivaba el ingenio. Se dirigía justo al rostro de Duck, pero este la desvió y rebotó en un destino desconocido. Duck se quedo quieto y Helena encendió el ordenador, introdujo la cadena de secuencia y la maquina comenzó a zumbar y a escanear la masa que representaba la existencia de Duck Hazard, y digo representaba por que un instante después algo vibro, hubo un resplandor y después la nada. Algo había ocurrido, la atmósfera olía levemente a ozono. Poco después de que Helen se incorporara y recobrara el control de si, se percato de que Duck había desaparecido.
Duck estaba desconcertado. Por un instante creyó que Helen había cometido un error y realmente lo había mandado a un punto desconocido en el espacio y el tiempo. Pero luego se percato que seguía donde mismo. Además, no pudo haber viajado en el tiempo, pues la energía requerida para eso era tal vez la equivalente a la de todo el plutonio existente en el mundo. Recobro la compostura y busco a Helen. Ella estaba en el suelo, se había desplomado justo al lado del escritorio, y cuando estaba a punto de levantarla para reanimarla sintió una extraña sensación, como estática, que le impedía tocarla de un modo lo suficientemente profundo como para cargarla. Se desespero pero pensó rápido, tenia que buscar ayuda rápido pues algo había estallado en la maquina y tal vez hubiera una leve radiación en el aire, que tal vez no fuera lo suficientemente fuerte para matar, pues de lo contrario el no estaría consciente, pero si la necesaria para afectar el sistema nervioso y dejar secuelas.
Salio de la casa e intento abrir el auto. Pero no pudo entrar, pues esos malditos modelos modernos ya no usaban llaves de acceso, si no códigos, y para encenderlos requería de una verificación retinal. La idea fue inevitable pero se disolvió rápidamente, aun cuando la vida de helen peligrara, jamás podría sacar de sus cuencas esos hermosos ojos negros, además era un pensamiento absurdo. Así que llego a la conclusión de que no podría usar el auto. Tal vez un taxi… pero eran cerca de las dos de la madrugada y podría perder mucho tiempo al esperarlo. Inicio el trote rápidamente. No estaba muy familiarizado con el vecindario, pero sabia que había una unidad de atención medica por la avenida principal por la que habían llegado. Calculaba que no estaba a más de un kilómetro y medio. Además, cabía la posibilidad de que algún coche se parara a ayudarlo.
Estaba a punto de llegar a la clínica y nadie se había detenido a ayudarlo. De hecho, no había visto a nadie a lo largo de las calles que había recorrido, pero por fin llegaba a la clínica. Era curioso, pero había mantenido el paso a lo largo del camino, por lo que llego rápido, como si no se hubiera agotado en lo mas mínimo. Se paro frente a las puertas he intento abrirlas, pero no pudo. Era demasiado extraño, pero pudo ver como el curioso gorro de una enfermera asomaba por encima de la barra de recepción. Obviamente no debía haber mucho que hacer a esa hora y tal vez estuviera dormida. Intento llamar la atención de la enfermera con gritos y golpeando las puertas pero nada sucedió. Estaba profundamente dormida. Intento ver a alguien más a través de las puertas de cristal y cuando hubo recorrido casi todo el lugar, logro ver a un guardia sentado en un muro de la izquierda, como custodiando una puerta con una tasa de humeante café en su mano derecha. Era incómodo pensar que no había visto cuando llegó, pero no importaba, tal vez había permanecido ahí todo el tiempo y no se había percatado. Pero… no estaba dormido, ¿por que no había escuchado sus gritos y los golpes en los cristales? Tal vez estaba dormido… no, el café humeaba, lo que significaba que había sido servido solo hace unos momentos, ¿Y si acababa de quedarse dormido? Se fijo bien y vio sus ojos abiertos, miraba algo de manera insistente. Volvió a gritar. Ni la enfermera ni el guardia se inmutaron. Fue cuando reparo en algo escabroso: los parpados del guardia no se movían, todo él, como si careciese de movimiento, como… como… como si se tratara de una estatua.
Duck sintió que el pánico se apoderaba de él. Algo estaba mal y no percibía ningún movimiento, ningún coche que atravesara la avenida, ninguna corriente de aire que levantara la más minúscula mota de polvo, nada. Observó de nuevo al guardia y su café (con dificultad, pues la perspectiva a través de las puertas era muy restringida). Observo la humedad tibia que se elevaba, pero… no, no se movía, no se movía en absoluto. Era una delgada línea blanca en estado gaseoso que se mantenía, de manera imposible, desafiando a las leyes. Era como si Duck se encontrara en un mundo fantasma donde todo persistía.
La Dra. Ellis estaba exhausta y aterrada. Sabia que Duck no había huido, pues no la hubiera abandonado ahí. Algo había pasado, la maquina había hecho en realidad lo que solo se simularía en el ordenador. Pero era imposible. No importa que tuviera una línea directa de energía desde la planta, pues aunque le permitieran usar toda la energía de la planta, seguía siendo insuficiente para llevar a cabo la traslación temporal de toda la masa de Duck. Entonces, ¿donde demonios se había metido? Pero la maquina indicaba que la traslación temporal se había llevado a cabo. ¿Cómo? ¿Con qué energía? No importaba, ya no importaba, la maquina decía que lo había transportado y debía averiguar en dónde lo había dejado.
Ya casi habían transcurrido dos horas desde que recobro la consciencia y había revisado las secuencias grabadas siete veces. Fue entonces cuando descubrió algo, una anomalía en la secuencia del puente de las raíces (Gh/c3)(Gh/c5), las secuencias de longitud quántica y tiempo quántico, la constante Plank, las unidades más pequeñas de tiempo y espacio que se pueden describir con cierta lógica. La maquina había desintegrado a Duck para transformar la energía de su masa en inercia temporal y mandarlo al futuro, cinco minutos después. El puente se había creado, pero como los ergios requeridos para efectuar la traslación eran deficientes, muy pocos, la inercia se había perdido, como si se hubiera roto. ¿Entonces? ¿Dónde estaba Duck Hazard? ¿Por qué no aparecía? Si sus cálculos eran correctos, no había desaparecido, pero…. Su masa si había sido desintegrada. De pronto, la Dra. Ellis comprendió todo de golpe. Al desaparecerlo la maquina, el puente estaba abierto, pero se había cerrado por la falta de potencia, y Duck no pudo salir del puente, no pudo materializarse, no al menos fuera del puente… se cerro con Duck dentro, eso significaba… significaba que Duck había sido sacado del tiempo, se había materializado, en algún lugar, ahí mismo, en esa habitación, pero fuera del tiempo. ¿Era eso posible? ¿Otra dimensión? O mejor dicho, ¿Otro universo? Imposible, no existían otros universos. Toda esa cháchara de “… que hubiera pasado si…” eran tonterías, las cosas sucedían sobre la marcha del tiempo, y la cosas que existían eran las únicas que habían surgido a través de los sucesos, y nada existía fuera de eso. Y Duck no estaba en otro Universo, estaba en éste Universo, pero fuera de su tiempo.
Era la anomalía que había encontrado, donde cualquier cosa que era sometida a la traslación temporal, esperaba un periodo de 24 horas, un día, por cada cien años, pero a causa de la no traslación por la falta de energía, las cifras se invertían, lo que significaba… que Duck viviría cien años por cada día de su existencia, treinta y seis mil quinientos años por cada uno de sus años (treinta y seis mil seiscientos si era año bisiesto), ¿y si llegaba a viejo? Tenía treinta y dos años, y el promedio de vida de un hombre en la época actual era de 85… 53 años que equivaldrían a… un millón novecientos treinta y cuatro mil quinientos años… lo había condenado a vivir por dos millones de años, en un lugar donde todo a su alrededor estaría congelado, sin vida, sin movimiento alguno, nada se movería mas que él, nadie existiría, salvo él mismo. La entropía funcionaria en esas condiciones? Su es así moriría de hambre en unos días, pero sus días serian… resultaba un tormento para la Dra. Helen Ellis calcular en centenarios los días que resistiría Duck sin comer, pues el metabolismo no podría llevarse a cabo salvo muy lentamente. Si la entropía aun funcionaba en el lugar al que lo había mandado, lo había condenado al infierno, a vagar por el mundo por cientos y cientos de años, pero si la entropía no funcionase, lo había condenado a un lugar peor, mucho peor que el infierno. Lo había condenado a un lugar donde reinaba la Eternidad.
Este es un cuento de, El Clon Sponge.
3 comentarios:
Pinche cuento culero. He escuchado que dicen que no puedes viajar hacia atras en el tiempo por que no hay un punto de recepcion. Y otros dicen que hacia delante es imposible por que la energia requerida se vuelve mas que infinita. Pendejo.
(jajaja)
jijiji,
Lo vi muy largo y pensé que me daría hueva leerlo xDDDD, pero una vez que comencé, me piqué y me lo eché todo de un jalón. Ta bueno :D, no sé prácticamente nada de esos rollos de viaje en el tiempo, pero está bastante entretenido y yo sí me lo creería.
¡Escribe otro!
NO SE NECESITA SER UN EXPERTO EN LA MATERIA DE CIENCIAS O VIAJES EN EL TIEMPO, PARA APRECIAR UNA BUENA LECTURA....
XCELENTE....
LA NETA FELICIDADES POR ESCRIBIR ASI...ERES MUY TALENTOSO...
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