domingo, abril 22, 2007

Otro sueño.

Llegamos en una camioneta obscura. Yo sabía que teníamos órdenes. No recuerdo haber estado en algún lugar antes de llegar o haber visto a otra persona. En ese momento sólo sabía de alguien, y ese era mi compañero. Pero no tuve conocimiento de él hasta que nos apeamos. El lugar era un caos total. Todos corrian y todos gritaban, presas del pánico, pues lo hacían en todas direcciones. El lugar era enorme. No estaba seguro si era una universidad o algo más. Por lo menos se que era una universidad, pero mas adelante sabrán por que.
Como ya dije, el lugar era enorme, mi percepción no era suficiente para decirme donde terminaba al lugar. Había un sin numero de edificios, todos muy parecidos, edificios gubernamentales o de universidad, con enormes cristales, y de un color simple y elegantemente aburrido.
Cuando me di cuenta, ya ibamos corriendo, agazapados. Nos mezclamos entre la gente. Yo iba atento, tratando de comprender lo que sucedía. Las puertas de cristal del edificio estaban abiertas de par en par. La gente corría. Me dirigí a la primera escalera que ví y mi compañero me siguió. Era una escalera electrica, pero no funcionaba. Solo estaba apagada, no descompuesta, por que todas las luces estaban encendidas. Era de noche y las ventanas reflejaban la luz interior.
Las órdenes eran simples. Encuentren a un grupo de personas y saquenlo de ahí a salvo. No sabía que significaba eso. Tal vez solo se trataba de salvar al mayor número de gente que se encontraba ahí. He olvidado decir que el lugar estaba bajo ataque, había sido invadido. Era extraño por que no se veía ninguna clase de guardia. Sólo veía a mucha gente por todas partes vestida de forma similar, aunque no parecía uniforme. Nos dirigíamos al quinto piso. Por un momento me dio la impresión de que yo era el líder, de que mi compañero solo haría lo que yo le ordenara y solo estaba ahí para apoyarme. También me dio la impresión de que era estúpido, muy estúpido.
En ocasiones veía a otros hombres, hombres como nosotros dos; tranquilos, alertas, peligrosos. Corrían en direccion contraria que la moayoría de las personas. Corrían en la misma dirección que nosotros. Decidí que era el enemigo, así que desenfundé mi arma y disparé contra uno de ellos. Cayó en seco y dos más se dirigieron hacia nosotros. Les hice frente con mi 9 milímetros y derribé a otro. El tercer hombre huyó o se escondio para atacarme cuando menos lo esperaba. No importaba, seguramente el lugar estaba infestado y si alguien decidía matarme, lo haría, así que decidí continuar. Observé que mi compañero estaba parado, inmóvil, observandome, con una expresión de inmutable calma. El muy hijo de la chingada ni siquiera había sacado su arma. Seguimos corriendo.
Subimos al quinto por las escaleras piso y dimos vuelta a la izquierda. Por todas partes había gente, y era extraño, por que salían de todas partes a chorros y sin embargo, por cada antelasa, aula y galería que observaba, había aun más gente. Parecían hormigas emergiendo de un hormiguero furiosamente. La diferencia es que estas no estaban furiosas, si no aterradas. Corríamos por un pasillo muy amplio, como amplio era el lugar. Alcancé a ver entre la multidud una división en el pasillo, una división de cristales. Había una puerta habierta pero nadie se dirigía ahí o venía de aquella dirección. Nos dirigimos hacia allá. Solo había un grupo de mujeres ahí, esperando, pero eran diferentes a las demas personas. No huían, no gritaban y decidí que no eran de confiar. Al parecer una de ellas intentó hablarme poniendose frente a mí, pero yo le lancé un golpe a la gargante y la derribé. Las otras tres reaccionaron, pero yo ya me dirigía a la segunda, pateandola con la espinilla en el muslo y acabandola con un gancho derecho a la mandíbula. En el mismo giró esquivé una patada que se dirigía a mi rostro, me agache y la barrí, ella trastavilló y cayó. Me planté ante la última y cuando pensaba atacarme con un golpe de tajo, lo bloquee con el brazo izquiero, lo bajé y lo levante, aprecionando su brazo y presionando del codo, al mismo timpo la encañoné bajo la garganta y apremié a que me hablara. No entendí ni una palabra. Mujeres, quién las entiende. Apuntó con su brazo libre hacia adentro del pasillo. Había un recodo hacia la derecha. La solté y le dije al idiota ese que me acompañaba que hiciera lo que por lo visto era lo único que sabía hacer: acompañarme. Las tipas se levantaron y me observaron, pero ninguna me atacó o protestó. Sabían que si lo hacían terminarían muertas.
Al llegar al recodo eché un viztazo cautelosamente. Era otro pasillo, casi tan ancho como el otro, pero terminaba muy pronto. Otra pared de cristal, pero las puertas estaban cerradas y más allá no se veían luces. Había una única puerta hacia la izquierda y estaba abierta e iluminada. Escuché el murmullo de voces. A señas le dije a mi compañero que me siguiera. Por fin sacó su arma. Al parecer aquí estaba por lo que él venía. En un segundo yo atravesé el umbral y desarme al tipo que estaba al fondo del salón. Las casi veinte personas que se encontraban ahí gritaron y se agacharon. Enseguida noté la diferencia. Dí un salto para acercarme y le puse el arma en la cabeza. Saco un revolver .38 super y lo arrojó al suelo. Intentó expliarme que estaba ahí para proteger a las personas, pero hice que guardara silencio con un zape en la cabeza. Le ordené que se uniera al grupo y no hiciera nada, ahora nosotros eramos responsables de sacarlos de ese lugar con vida.. Me di la vuelta y mi compañero apuntaba al grupo y no al hombre que momentos antes yo había desarmado. Le ordené que le apuntara al tipo y yo levanté el revolver del agente y fuí a inspeccionar afuera del salón. Se escuchaban gritos lejos, del lugar por el que habíamos llegado. Por casualidad voltee a la izquierda y vi que había tres tipos agachados, presumiblemente intentando abrir la puerta de la pared de cristales sin destruirla. Con infinito silencio me acerqué y puese las armas en las nucas de dos tipos mientras pateaba al que estaba en medio, haciendo que cayera de bruces. Los tres tiraron sus armas. Le dí un tiro a los dos que estaban arrodillados y al tercero lo monté por la espalda, lo tomé por la frente y jalé hacia atrás hasta que rompí su cuello.
Regresé al salón y ví que mi compañero se había ido. O escapó por cobarde o se llevó lo que había ido a buscar. Mierda. Afortunadamente yo traía las llaves de la camioneta. El sujeto que estaba al frente en un principio intentaba sacar unos papeles de un escritorio que estaba junto a la pared del fondo. Sin titubear le disparé en el corazón. Soy buen tirador, pensé. Les ordené que se levantaran e hicieran una fila. Y entonces salímos corriendo por donde yo había llegado. Siempre atento, ya no ocultando mi arma como lo hice cuando había llegado. Ya en el pasillo principal, ví que la pared de cristales estaba destrozada. Mi grupo era demasiado largo y les ordené que hieran dos filas mientras corríamos y se dirigieran hacia las escaleras. Pero eran muy estupidos para hacer dos cosas a la vez y se detuvieron para fromarse como si fueran niños de primaria. Grité de furia y me devolví para arrearlos. Entonces sentí que por mi oreja derecha pasaba zumbando una bala. Me dí vuelta y ví al sujeto que me disparaba. Disparé con el revolver y mi grupo se dirigía a las escaleras. Corrí junto con ellos, mezclandome para no ser encontrado, por que me percate que el sujeto no disparaba a la multitud, no quería herir a nadie. Vacié el cragador del revolver, obligandolo a esconderse tras una barraa medio pasillo. ¿Que carajos? esa madre parecía una pequeña tienda, de esas que hay en las Mall's. Cuando mi grupo bajaba las enormes escaleras, el sujeto salió del resguardo de la barra y se asomó por el barandal de aluminio. Este lugar parecía un centro comercial. Mientras el sujeto veía hacia abajo, buscandome, no se dió cuenta que yo me había resagado y me acerqué por detrás y puse mi arma en su espalda. Arrojó su escuadra hacia el piso de abajo, hacia la multitud y puso sus manos tras la nuca, arrodillandose. Yo conocía a este sujeto, estuvo conmigo en la preparatoria. Era un buen tipo. Seguramente estaba aqui por la misma razón que yo, pero me disparó cuando vio que le gritaba a mi grupo. Entonces otro sujeto se acercaba, también lo conocía. Se acercaba despacio, pero con su arma apuntandome, aunque baja. Yo me acerqué tranquilamente hacia el y cuando estuvo a la distancia suficiente, le arrebaté el arma con una patada descendente, giré y le lancé una estocada al estómago. Pobre, no lo esperaba. Se dobló, sofocado y cayó. Saqué unas esposas de no se donde chingados donde y le aprisone las manos a la espalda. Ahora ambos estaban en el suelo. No me importaba por que estaban aquí, no quería matarlos pero tampoco quería que me estorbaran. Así que sin perderlos de vista, brinqué por el barandal al cuarto piso. Mi grupo acababa de entrar a un salón. Estúpidos, ¿por que se encerraban ahí?. Los alcancé y me dí cuenta que de que era un elevador. Las puertas se cerraban. Ordené que se diriguieran a la planta baja y luego a la salida.
Yo continué el trayecto por las escaleras y en el camino maté a otros tres sujetos. Esto era confuso. No sabía por que estaba aquí, quienes eran las personas a las que ayudaba o quienes habían invadido el lugar. Mierda, ni siquiera sabía quién era yo.
Alcancé a mi grupo en la planta baja, y corrían a la salida entre la multitud. Entonces me dí cuenta que me importaban un rabano. Le entregué las llaves de la camioneta al agente, las llaves de la única camioneta que estaba afuera de ese edificio. Bien, el tipo quería hacer algo y le daría la oportunidad de hacer algo. le entregué su revolver vacío. No era mi culpa si no traía municiones extra. Salí del lugar junto con ellos pero me dirigí a un edificio que estaba cerca, a la izquiera, un poco mas adentro del complejo. Era mas pequeño y en su mayoría estaba a oscuras. Un pequeño salón de la planta baja estaba iluminado y había personas dentro. Era una clase y logré ver unos seis jovenes y una sexy maestra morena sentada frente a un escritorio, con una pequeña falda indiscretamente levantada, que dejaban ver su pequeña prenda interior roja media nalga. Los jovenes discutían.
El lugar era un caos, peligroso y seguramente no saldría de ahí con vida. Algo me decía que algo muy peligroso sucedería pronto, así que mandé todo al diablo y me dirigí a la entrada de ese salón decidido a conocer a esa sexy maestra con la nalga y su diminuta ropa interior roja al aire. Me acerque a la puerta, la atravesé y justo en ese momento, desperté.
Pinche sueño mamón que tuve. Lleno de cosas sin sentido y algunas personas que de alguna forma conocía, como la sexy maestra de alegre nalga. No tenía ni idea de que haría cuando me acercara a ella, pero curiosamente nunca pensé en sexo. Menos frente a seis personas que discutian, instantes antes de morir de un tiro o por una bomba que me hiciera pedazos.
Tal vez debimos comprar alcohol en la fiesta para matar unas cuantas neuronas y no soñar nada.

7 comentarios:

Mr. Magoo... dijo...

Buenisima manera de narrar, los detalles estan fregones, como novela policiaca, es mas bien una mezcla de novela policiaca con Boggie El Aceitoso por la violencia explicita, signo de los tiempos actuales, eso creo.
Que suenios tan detallados, y no hay de otra, el post esta algo largo (sin albur, no me agarres rencor por esto) pero asi se vacia la mente, sin restricciones.
Felicidades nuevamente por la narrativa, aqui seguimos compa.

Y el revolver, era colt? o era como la del Harry El Sucio? y la 9mm era Beretta o era Glock> jajaja no te creas.

Bombon de chocolate dijo...

orale que sueño¡ esta muy muy

SLSC dijo...

Gracias mr. magoo, jaja, y sepa de las armas, el revolver era oscuro y de cañon corto, pero no se de marcas, y mi arma supe que era 9mm y no, por ejemplo, una .45 magnum por que se parecía a los de las peliculas que dicen "... bla bla bla 9mm bla bla bla...". Jajaja.Y de nuevo, gracias, aunque tengo horrores de ortografía. Es que era muy temprano.


Así es bombis, estuvo muy muy mamón.

Anónimo dijo...

xDDDD
la pura aventura... ¡no mames! ¿cómo recuerdas tanto detalle?

Anónimo dijo...

yo ni siquiera recuerdo si las cosas las soñé o acaban de pasar...

Anónimo dijo...

Chido tu sueño, sobre todo por tanto detalle!, he leído que se supone que los sueños se van olvidando conforme pasa el día pero yo no creo, al menos a mi no me pasa así (o no me habré fijado bien?!) y por lo que veo con tu sueño a ti tampoco :P

Me encanta cuando se sueña que uno es el "jefe", ya estaría no? pues es el sueño de uno! :P

p.d. vas a tener que venir a prepararme pollo chipotludo a cambio del libro de asimov xD (neee)

gaby dijo...

te leo luego, traigo prisa...perdona