No es amor, pero aún así te amo.

A veces, sólo a veces, me gustaría despertar y no pensar nada mas en tí. No sé ni por qué lo hago, no sé ni lo que siento, solo sé que no lo hago por lo que siento, si no por que siento que no sientes algo.

Puedo odiarte, y a la vez amarte, y siento que tu no sientes nada. El jueves fuí por que me llamaste, sabías que no tenía mucho tiempo, sabías que tenía todo menos tiempo, y aún así fue lo único que me pediste. Me heriste, tal vez sin querer, pero lo hiciste. Te lo dije, y no me creíste. Sólo sonreíste.

No es que ande callado, lo que sucede es que soy mudo. Te lo digo, te lo escribo, y si quieres hasta lo recito. Jamás vi alguien como tú, que oyes todo y no escuchas nada. Grito, salto, me agacho y pego un brinco. No sé como quieres oírlo.

Llegué mareado, tarde y cansado. Te arruiné la noche, pues era tu noche, y sentí que tu mirada era un reproche. Qué importa, nada me afecta, estudié y me dolió la tatema. Viernes y con resaca, pero el examen estuvo pelada.

Corrí, volé y llegué, Avatar completito pude yo ver. Pichachu relampaguea y Picoro resuena, pero tu jamás sales de mi cabeza. Por la tarde salí, y llegué hasta tí. Era temprano, tanto que no era tarde, y aún así, me sentí poco importante.

Quiero pensar que no me estás utilizando. ¡Necios los cielos! ¡Por qué no dejan de reflejarte! ¡Mi furia conocerán! ¡Los pilares cederán y las nubes se derrumbarán!

El fin de semana pasó como si nada, no creo que tu no notes nada. Mírame, voltea, soy yo quien desespera, eres tú a quien mi corazón anhela. Temprano es para hablar de amor, tarde para no sentirlo, me ahogaré de dolor, tu sabes que así lo elijo.

Elige de nuevo.

Sabias palabras de un Mesías. Me decías que no te haga daño, pero tu jamás me corresponderías. Sólo nací, sólo vivo y así moriré. Tu recuerdo a la tumba me llevaré.

Te recordaré comiendo suchi en la deportiva, mientras las gordas mantecosas apenas corrían. Extraños somos tu y yo, extraños ante la gente, extraños entre nosotros mismo, y no por eso somos diferentes.

Ayer tu no hablabas, y por más que yo quería, no contestabas. Puedo obligar que el mar se aparte, pero no quiero verte alejarte. Si tu no me correspondes, triste viviré, tu lo sabes bien, nunca como un cobarde.

Mierda. Carajo. Poco sabes que no sabes nada. A la chingada contigo y tus mamadas. Tu experiencia es ambigua, la mía determinante. Como un leviatán gritaré hasta que mi corazón reclames. Entonces un campo de nardos sembraré, y su fragancia será tu perfume. Olfateando hasta ti llegaré y entonces tal vez dudaré.

Así yo te esperaré, guardián de la esperanza y la armonía, luchando y esperando para que seas mía.

Tanto así yo te amo. Como las aguas que siguen flotando. Como los vientos que siguen volando. Como las tierras que siguen vibrando. Como los volcanes siguen esperando.

Así moriré yo.
Sólo esperando.
Ven y ofréceme.
Un beso tuyo.
Yo no moriré.
Viviré deseando.